Las chaquetas de cuero con estética motera, los pantalones tipo racing e incluso los guantes específicos para moto tuneados se han convertido en protagonistas en las pasarelas más importantes. Una tendencia bautizada como ‘motomami’, en honor a la responsable de su renacimiento, Rosalía, que con su disco homónimo trajo de vuelta todos estos elementos. De la portada y del videoclip de ‘Saoko’, la estética saltó a colecciones de alta costura de firmas como Balmain o Dior. Y de ahí a las calles. Tanto que las tiendas se han llenado de chaquetas tipo biker y prendas con referencias al mundo de la moto y de la competición.
Estas referencias, aprovechando el empuje de la tendencia, han sido recogidas por otros artistas, cerrando así el círculo. Es el caso de Quevedo y De La Ghetto, que en el videoclip de su tema ‘My Love’ convierten a las motos de corte racing en las protagonistas. Algo que no es en absoluto nuevo y que, en realidad, llevamos años viendo en la pantalla. Sin ir más lejos, hace 5 años, Shakira y Nicky Jam hicieron lo propio en el vídeo de su canción ‘Perro Fiel’. Apostando en ese caso por el off-road, pero manteniendo intacta la estética motera, rebelde y disruptiva.
Las motos, su estética, la competición, las hazañas realizadas por los pilotos profesionales, etc. siempre han tenido un aura especial que ha atraído a artistas de todas las disciplinas. Un ejemplo claro lo encontramos en el cine. El recurso de la moto lleva utilizándose décadas, y con fines muy diversos. Desde presentar a un personaje como el ‘galán’ moderno perfecto, noble pero con un toque rebelde, como Maverick en ‘Top Gun’, hasta dar un plus de romanticismo y glamour a la ciudad eterna, como ocurre en ‘Vacaciones en Roma’.
Pese a que esta estética y todos estos elementos no sólo siguen presentes en diferentes ámbitos, sino que están en auge, parece que, en cierto modo, la competición en sí no logra conectar de manera tan directa con el público general. Si bien es cierto que MotoGP continúa gozando de cierta popularidad, diversos factores han provocado que su seguimiento disminuya. Como ya ocurriera en el pasado con la Formula 1. Una tendencia que el campeonato dirigido por Stefano Domenicali ha logrado revertir. Todo gracias a una cuidada estrategia de marketing, que puede ser un interesante camino a seguir.
Cómo la Formula 1 se ha acercado al público general
Actualmente, el de F1 es uno de los campeonatos más seguidos. Y quizá lo más curioso es que su público es muy diverso. De todas las edades, de todas las procedencias, de todos los estratos sociales. Pero hace menos de una década, la situación era muy diferente. Las audiencias bajaban, el interés decrecía y el campeonato parecía completamente estancado. Un panorama difícil de corregir, que han sabido salvar gracias a una apuesta firme por el marketing digital. Y por el acercamiento del deporte y sus protagonistas al público.
La Formula 1, frente a la crisis ante la que se encontraba, apostó por un “all in”: streaming, redes sociales, medios digitales, docuseries… Todo lo que pudiera realizarse para humanizar el deporte, a los pilotos y, en definitiva, al campeonato en sí mismo. De esta manera, hemos pasado de un mundial elitista, al alcance de muy pocos, a un campeonato cercano. En el que los pilotos hacen trends de TikTok y conectan de manera directa con el aficionado, desde niños a ancianos. Un campeonato que ha aprendido a comunicar de manera cercana, clara y personal. Y que, de esta forma, ha logrado volver a generar interés e incluso aumentarlo en comparación con el pasado.
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Ese puede ser el camino para MotoGP y, de hecho, ya ha comenzado a explorarlo. Con su propio documental en Amazon Prime Video, la creación de contenido original y cercano en sus canales de RRSS (juegos, tests, entrevistas personales…) y la organización de eventos y actos para acercar a los fans cada fin de semana de carreras. Una estrategia a medio-largo plazo que puede ser la clave para el futuro de un deporte que sigue apasionando a millones de personas en todo el planeta.
Es aquí donde también entra esa tendencia ‘motomami’, que se alimenta de la competición y, a la vez, puede ejercer de plataforma para volver a elevarla. Ya hemos visto en más de una ocasión cómo este movimiento y el deporte en el que se inspira han interactuado. Desde el baile – celebración de Eric Granado en honor a Rosalía hasta el regalo de ésta a Marc Márquez: le envió su disco dedicado “de una motomami para un motopapi”. Un claro ejemplo de cómo un movimiento social, cultural y estético también puede ser beneficioso de cara al resurgimiento de MotoGP en los próximos años.
